domingo, 7 de julio de 2013

«Mi familia también me necesita»

TRABAJO DOMÉSTICO
Servicio sobre las Condiciones de Trabajo y del Empleo – Hacia un trabajo decente para las/los trabajadoras/os domésticas/os.-
«Mi familia también me necesita»
Protección de la maternidad y medidas de conciliación entre trabajo
y vida familiar para las trabajadoras y los trabajadores domésticos

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En un informe preparada por Laura Addati (especialista en protección de la maternidad y conciliación entre trabajo y vida familiar, TRAVAIL) y Lindsay Tina Cheong (consultora, OIT), publicado por la OIT, va delineando las características del padecimiento del trabajador al tener que dejar su trabajo por motivo de la maternidad.- Aquí alguna de las conclusiones del trabajo.-
Promover una igualdad de género efectiva La realización de la igualdad de género debería estar en  el centro de todas las políticas sociales, y también de las leyes y medidas que tienen por objeto promover el  trabajo decente para los trabajadores domésticos. Esto
es sumamente importante por lo que se refiere a los servicios domésticos y de cuidados, ya que la mayoría de  las personas que los suministran, ya sean remuneradas o no, son mujeres. Ahora bien, los propios trabajadores  domésticos que prestan cuidados, y sus familias, también  se ven confrontados a menudo con un déficit de servicios  de cuidados. El acceso a condiciones de trabajo decentes  para todos los trabajadores domésticos, con inclusión de   una protección integral de la maternidad y de medidas  para armonizar el trabajo y la vida familiar, no sólo es  esencial para tener debidamente en cuenta la dimensión  de género del trabajo doméstico y proteger los derechos  de los trabajadores domésticos a criar adecuadamente  a sus hijos, sino que constituye también un factor  esencial de las políticas integradas que se necesitan  para satisfacer las necesidades de sus empleadores en  cuanto a su actividad laboral y su vida familiar.
Formular leyes y políticas incluyentes La protección de la maternidad y los servicios de
cuidados para los padres de familia que trabajan son  derechos humanos fundamentales reconocidos en todos  los tratados universales sobre derechos humanos. En  la Constitución de la OIT se establece que «proteger a la infancia y a la maternidad» (artículo III, apartado h))  es uno de los principales objetivos y propósitos de la  OIT. Por consiguiente, los derechos de los trabajadores  domésticos en cuanto a la protección de la maternidad y
a la conciliación entre vida laboral y vida familiar deberían  plasmarse claramente en las leyes y políticas laborales,  de tal manera que aseguren para dichos trabajadores  una protección no menos favorable que la que ampara a  los trabajadores en general. Se debería prestar atención  particular a la situación de las trabajadoras domésticas  migrantes. Asimismo, los gobiernos deberían velar  por que se disponga de mecanismos adecuados para  prevenir y corregir las situaciones de incumplimiento.
Brindar una protección social amplia basada en el  principio de solidaridad Los trabajadores domésticos se cuentan entre los  trabajadores más vulnerables del mundo. La protección
de la salud materna es uno de los cauces de acción  que se persiguen para resolver los problemas de salud  mundiales, reducir la mortalidad materna e infantil y  mantener una fuerza de trabajo saludable, tal como  se establece en la Declaración sobre los Objetivos de  Ayudar a los más vulnerables  gracias a los servicios de cuidado infantil En 2006, Chile inauguró el sistema de protección  integral a la infancia denominado «Chile crece  contigo», que ofrece diversas prestaciones gratuitas para el cuidado infantil al sector más vulnerable de la población. El programa atiende a los niños menores  de dos años cuyas madres trabajen o busquen  empleo. En 2009, se inauguraron alrededor de 3.500 salas cuna públicas y gratuitas que atienden a cerca de 70.000 lactantes (OIT y PNUD, 2009). En México, el programa federal denominado Estancias Infantiles para Apoyar a Madres Trabajadoras ofrece servicios de guardería para niños de uno a cuatro años a los hogares cuyo  ingreso mensual es igual o inferior a seis salarios mínimos, así como ayuda financiera para la creación  de guarderías. En 2009, el programa tuvo un  costo inferior al 0,01 por ciento del PIB, atendió a  261.728 niños (en 8.923 centros) y generó alrededor de 45.000 empleos remunerados para proveedores  y auxiliares de cuidado infantil. Los centros están
abiertos un mínimo de ocho horas al día, cinco días por semana (OIT, 2011e).
En la India, el programa Servicios Integrados para el Desarrollo del Niño (ICDS) proporciona  apoyo nutricional y atención médica a las madres  embarazadas y las lactantes, así como educación preescolar a los niños menores de seis años a través de una amplia red de centros de enseñanza preescolar denominados anganwadis (OIT, 2011e).14 Servicio sobre las Condiciones de Trabajo y del Empleo – Hacia un trabajo decente para las/los trabajadoras/os domésticas/os Desarrollo del Milenio. Asegurar que las trabajadoras domésticas y sus hijos tengan acceso a cuidados prenatales, cuidados de parto y cuidados posnatales de calidad, así como a prestaciones de maternidad en efectivo de una cuantía adecuada y financiadas por la seguridad social o fondos públicos, debería ser una prioridad. El principio de solidaridad en la financiación  de las prestaciones de maternidad es esencial para  promover la no discriminación en el trabajo, ya que se evita así que los empleadores tengan que sufragar  directamente el costo de la protección de la maternidad.
El establecimiento de pisos nacionales de protección      social, que incluyan prestaciones y servicios sanitarios de maternidad, es un medio importante para atender a los más vulnerables.
Arraigar una cultura preventiva en materia de  seguridad y salud en los hogares Los gobiernos, los empleadores y los trabajadores  deberían participar activamente en la creación de un entorno laboral seguro y saludable para todos los  trabajadores domésticos, dando máxima prioridad al principio de prevención. El diálogo social a nivel legislativo y normativo es capital para afianzar un sistema de derechos, responsabilidades y deberes bien definidos.
En el lugar de trabajo, los empleadores y los  trabajadores, incluidas las mujeres embarazadas y las que  amamantan a sus hijos, deberían aunar fuerzas en todas  las etapas para desarrollar conjuntamente una cultura de  prevención en los hogares privados, establecer normas  y procedimientos, e impulsar iniciativas de información y  sensibilización.
Crear servicios de cuidados asequibles y de  calidad para todos los trabajadores En vista de la creciente necesidad de servicios de  cuidados en todo el mundo, los trabajadores domésticos,  al igual que los demás trabajadores, merecen disponer de  opciones reales que les ayuden a solventar los conflictos  entre su actividad laboral y sus responsabilidades familiares. Un aumento de la oferta de servicios sociales de cuidados pertinentes y viables, capaces de  responder a las necesidades de los más vulnerables, es esencial. Diversas investigaciones muestran que cuando los servicios de cuidado infantil están diseñados  en función de las necesidades de los padres de familia que trabajan, y se articulan en un marco de colaboración que cuenta con la participación de los gobiernos locales, las instituciones de seguridad social, los empleadores, los sindicatos, las ONG y los padres que trabajan, sus beneficios son enormes para las familias, la sociedad y  la economía (Hein y Cassirer, 2010).
Papel de los mandantes de la OIT
Los gobiernos deberían establecer y aplicar un marco  de políticas incluyente, y forjar un clima propicio para  el diálogo social sobre la protección de la maternidad y las medidas de conciliación entre trabajo y vida familiar para los trabajadores domésticos. Como se indica en  el Convenio núm. 156, en la elaboración y aplicación  de estas medidas incumbe un papel fundamental  a las organizaciones de los empleadores y de los  trabajadores. La participación de los representantes de  esta categoría de trabajadores y de los representantes  de sus empleadores ayudaría a fortalecer este proceso  y aumentaría la probabilidad de hacer realidad el trabajo  decente para todos las trabajadoras y los trabajadores domésticos.

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